Nada habla mejor de una
persona que sus modales, su manera de hablar y su ortografía. Esos son signos
claros de una buena o mala educación. Que se ha pedido en la actualidad que
cada día nuestros niños son más deficientes en esas áreas, es lamentable ver
hoy como nuestros jóvenes han perdido el interés por el buen escribir. Más que
los alumnos hayan perdido el interés, los profesores han sido menos exigentes.
Hoy en día la gente
escribe como escucha. Otro mal para la ortografía ha sido el desarrollo de la
telefonía celular y los mensajes de texto. Debido a sus caracteres limitados la
gente comenzó a utilizar diminutivos que pasaron de la pantalla al cuaderno. Las escuelas del siglo 21 han aceptado estos
atajos como válidos siendo parte del problema.
La verdad es que se ha
perdido la formalidad en lo que a escritura se trata entre tantas cosas porque
se ha dejado a un lado el fomentar la lectura, una persona que lee y es
detallista en la lectura asimila mejor las reglas de la ortografía y conoce la
correcta escritura de palabra y el orden lógico de las oraciones en un texto.
En conclusión, uno como educador de cualquier
cátedra, debe ser garante de que se escriba bien. No es sólo cuestión de lo que
se escribe sino de cuán bien se expresan las ideas los que nos hace exitosos y
educados. Una asignatura tan esencial como la ortografía y la escritura no debe
nunca ser tomada a la ligera. Si bien las matemáticas pueden parecer más útil
para el trabajo, la escritura te da el estatus para llegar al nivel que deseas
al final uno no se da a conocer resolviendo ecuaciones sino expresando ideas.
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